La aceptación

LA ACEPTACIÓN

 “Nosotros amamos porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19 NVI).

Dios nos aceptó primero en su amor. Nosotros ahora lo amamos, pero antes de que nosotros lo amaramos Él nos amó primero. Por lo tanto, no podemos jactarnos y decir que amamos a Dios por algo que hizo por nosotros, porque simple y sencillamente lo amamos porque Él nos amó primero.

La Biblia dice que, “Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto” (1 Juan 4:20 NVI).

Él que ama a Dios también debe amar a su hermano, y no solamente a sus hermanos, sino también a las almas que todavía no conocen a Jesucristo, pero que ellas también ya han sido amadas por Dios primero.

Pregunta: ¿Nacimos salvos? No.¿Quiénes somos para decir que no amamos a aquellos que no tienen a Cristo en su corazón? No podemos cuidarnos en grupito aquí en la iglesia, necesitamos amar a aquellos que también son parte del plan de salvación de Dios.

Muchos de nosotros nos pasamos la vida tratando de ganar la aceptación de las personas y gastamos una gran cantidad de nuestro tiempo, fuerza y emociones en esto cuando la única aceptación que necesitamos está en el amor de Dios para nosotros.

No importa si la suegra no te quiere o si alguien te dice que estás feo o fea, gordo o gorda, o que pareces chango porque tienes mucho pelo. Mira lo que dice la Palabra:

“¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (Romanos 8:33-34 NVI).

Dios nos amó tanto que mandó a Jesús a que muriera por nosotros a pesar de que éramos imperfectos. Entonces, me pregunto ¿por qué aún nos ha costado entender que somos aceptados por Dios y que en realidad no necesitamos la aceptación de los demás?

¿Sabes por qué? Porque todavía no hemos entendido la anchura, la altura, lo largo y lo profundo que es el amor de Dios. Cristo murió por nosotros, no esperó que fuéramos perfectos, sino que Él nos amó primero a pesar de nuestros defectos.

Entonces, ¿sobre qué se basa el que nosotros seamos elegidos por Dios? Se basa en la gracia e infinito amor del Padre Celestial por nosotros. Acepta que desde mucho tiempo atrás, antes de que tu lo pudieras entender, ya eras amado y aceptado por el Gran Yo Soy.

 “Nosotros amamos porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19 NVI).

Piénsalo:

¿Has estado perdiendo tiempo queriendo ser aceptado?
¿Por qué has querido ser aceptado por los demás?